El primer viernes de octubre se celebra el Día de la Sonrisa. El origen de esta celebración se remonta a 1963, cuando el artista gráfico Harvey Ball diseñó la popular «smily face». Se trata de la carita amarilla sonriente que utilizamos en nuestro día a día como emoji. 

En SmartMakings hemos elegido esta fecha para desarrollar la inteligencia intrapersonal de los más pequeños con la ayuda de grandes referentes como Dalai Lama o Platón. Esta inteligencia nos permite comprender, controlar y conocer nuestras emociones, por lo tanto, conocernos a nosotros mismos. Y es que estos de la sonrisa tiene mucho que ver con la manera en la que nos percibimos a nosotros mismos, reconocemos y expresamos nuestras emociones. 

Empecemos entonces por recordar los beneficios que tiene sonreír para una buena salud, y por resaltar esa magia que la sonrisa suscita al momento de relacionarnos con otras personas, pero, vamos más a fondo con el tema… ¿Y si sonreír fuese una cuestión de práctica?

Se dice que sonreír es gratis porque en principio se trata de una acción simple y espontánea. Todos reímos en el mismo idioma y por eso, muchas veces esta expresión consigue transmitir lo que no logran las palabras. Sin embargo, no todos sonreímos con la misma facilidad y hay quienes no consiguen reír del todo… Esto pasa porque sonreír también es un hábito y cultivarlo requiere de práctica.

¿Cómo sonreír más?

Lo primero es comprender que la sonrisa no es un privilegio de unas pocas «personas sin problemas», todo lo contrario, se trata de una actitud ante la vida. Una sonrisa no va a cambiar tus circunstancias, pero puede ayudarte a aliviar el estrés, haciendo la situación más llevadera.

Al sonreír tu cerebro libera endorfinas como la oxitocina, se trata de una «hormona de felicidad» que alivia dolores físicos y que incluso puede ayudarte a conciliar mejor el sueño. La sonrisa también refuerza tu sistema inmune, ayuda a relajar los músculos de tu cuerpo y reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiacas. 

Así que empieza por regalarte a ti mismo una sonrisa cada mañana. Si te miras en el espejo verás cómo cambia tu expresión al sonreís, hazlo, aunque al inicio te resulte un poco incómodo te resulte un poco incómodo o no tengas ganas. Con el tiempo te acostumbrarás a verte a ti mismo sonreír, y este gesto te será más natural. 

Lo segundo, sonreír tiene que ver con la empatía. Las personas que te rodean merecen el mejor trato de tu parte, no importa que tan bueno o malo haya sido tu día. A veces una sonrisa es el mejor regalo que puedes ofrecer a tus seres queridos. 

niña sentada en la mesa apoyada sobre sus manos

Sonríe al saludar a esas personas (conocidas) con las que te cruzas en tu día a día. El efecto es casi reflejo, notarás como ellas también te responden con una sonrisa y mejorarán tus relaciones. 

Sonríe a tu pareja, notarás como se fortalece el vínculo afectivo. Sonríe a tus hijos e hijas, lo necesitan. Hacerlo es una manera de comunicarles qué tan importantes son para ti. 

Educar la sonrisa de los niños y niñas. La importancia de sonreír.

Está claro que una sonrisa puede ser espontánea y genuina aún en medio de las más difíciles circunstancias, pero recuerda, que tus hijos e hijas no van a aprender a sonreír si no te ven haciéndolo primero.

Los niños y niñas son felices cuando sus padres lo son, ellos se sienten queridos y aceptados por quiénes son. Tu hijo o hija puede estar triste un día por una determinada circunstancia, quizás ha discutido con sus hermanos o se le ha perdido un juguete y, sin embargo, es un niño o niña feliz, pero si observas qué ha pasado una buena temporada sin que tu hijo o hija sonría, es momento de indagar por qué… 

Es bueno fomentar las risas en familia, para esto pueden venir bien algunos juegos o dinámicas que les ayuden a salir de la rutina pero, ante todo, es bueno reflexionar sobre las actitudes que tenemos en casa para saber si en nosotros predomina cierto aire de cansancio y de tragedia, o si, por el contrario, sonreímos ante las dificultades de la vida. 

Así que ya sabes, no importa cuál sea tu situación… ¡siempre hay tiempo para sonreír más y mejor! 
bebé tumbado mirando a la cámara sonriendo

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